La labor del corredor de seguros en el Perú: historia
Historia
La labor del corredor de seguros en el Perú: historia

La actividad aseguradora en el Perú se remonta a mediados del siglo XIX, ligada principalmente al comercio marítimo y a las operaciones financieras con Inglaterra y otros países europeos.

En esta etapa, no existía una figura formal de “corredor de seguros” como la entendemos hoy, los contratos o pólizas se gestionaban directamente entre comerciantes y aseguradoras o mediante agentes mercantiles que actuaban de manera informal como intermediarios.

A mediados del siglo XX, con la expansión de la economía peruana y el desarrollo de sectores como minería, transporte y banca, creció la necesidad de proteger bienes, personas e inversiones, con lo cual el desarrollo de las compañías de seguros fue muy intenso, lo que genero la aparición de agentes que en su mayoría de casos estaban relacionados con las compañías de seguros existentes en ese momento y el desarrollo de su labor estaba muy ligada a la compañía de seguros que representaba.

En la década de 1960, surge formalmente la figura del corredor de seguros como un profesional independiente ya no relacionado a ninguna compañía de seguros determinada, sino con una actuación realmente independiente que asesora a los clientes, buscando las mejores condiciones y costos dentro de toda la oferta de seguros proporcionada por las compañías de seguros existentes, representando los intereses del asegurado.

La figura del corredor de seguros tuvo tal aceptación y desarrollo por los clientes de las compañías de seguros que la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS), creada en 1931 para la reglamentación y regulación financiera y de seguros, incorporo formalmente la supervisión de la actividad de los intermediarios de seguros denominados “Corredores de Seguros”, exigiendo licencias y estableciendo normas para su ejercicio.

La profesionalización y expansión de los corredores de seguros se dio entre los años 1970 a 1990, los cuales comenzaron a especializarse en los diferentes ramos y/o riesgos ofrecidos por las compañías de seguros, creándose las primeras empresas de corretaje nacionales.

La exigencia para los corredores de seguros de cumplir con requisitos de idoneidad profesional, solvencia económica y ética, además de someterse a supervisión continua, generaron la creación asociaciones gremiales, como la Asociación Peruana de Corredores de Seguros (APECOSE), que promovieron la capacitación, ética profesional y defensa del corredor como figura clave en el sistema financiero.

En los años 90, con la liberalización económica y la apertura del mercado, llegaron corredores internacionales.

La SBS fortaleció la regulación mediante Ley General del Sistema Financiero y de Seguros (Ley N.º 26702, 1996) y diferentes normas de la SBS que definen de forma clara las funciones del corredor de seguros, diferenciándolo del agente y regulando su relación con las aseguradoras y asegurados.

La era digital originada desde el 2010 creo nuevos desafíos, surgen plataformas de corretaje en línea, comparadores de seguros y servicios digitales de asesoría.

Los corredores deben adaptarse a un cliente más informado y demandante, combinando asesoría personalizada con herramientas tecnológicas.

Todas estas etapas han generado que el corredor de seguros sea un profesional altamente preparado con certificaciones y formación especializada en gestión de riesgos y seguros, desarrollando una asesoría técnica, acompañamiento y gestión durante el contrato de seguros, siempre de manera independiente, orientado a proteger los intereses del cliente y fomentar la cultura del seguro en la sociedad peruana.

Los más grandes activos que sostienen el trabajo del corredor de seguros son la confianza y transparencia, pilares en su relación con el cliente.

“El corredor de seguros del futuro no será reemplazado por la tecnología, sino potenciado por ella. Su valor más grande seguirá siendo la confianza.”


Autor:

laltez@sifuentesolaechea.com.pe

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